martes, 5 de julio de 2011

Los que se van: El caso de Anodorhynchus glaucus

Esta especie debería ir también en la sección de “Parecido no es lo mismo que igual”, porque tiene o tenía un enorme parecido con Anodorhynchus hyacinthinus y Anodorhynchus leari.

Para empezar deberíamos decir que el género Anodorhynchus (Guacamayos azules) no ha tenido mucha suerte, de sus cuatro integrantes, dos ya están extintos y los supervivientes, Anodorhynchus leari y Anodorhynchus hyacinthinus se encuentran en la categoría de “Peligro Crítico”. También los constantes rumores de que la especie ha sido avistada en las últimas décadas han obligado a las convenciones de especies amenazadas a ponerlas en la categoría de En Peligro Crítico para CITES en el 2000, en la categoría de Críticamente Amenazado por la UICN (2010) y Críticamente Amenazado (Revisión) por la Secretaría del Ambiente, Paraguay en el 2006. Probablemente éste cambio de situación se deba a que muchas especies que se consideraban extintas se redescubrieron después de unos años gracias a avistamientos de los lugareños en la zona.

Conocido como guacamayo Azul o violáceo, el Anodorhynchus glaucus probablemente se extinguió a principios del S.XX, en Paraguay aunque a lo largo de los últimos 100 años no se ha dejado de especular sobre su existencia. En 1992 el ornitólogo Tony Pittman realizó junto con su colega Joe Cuddy una larga expedición en busca del guacamayo azul en el Norte de Argentina, Paraguay y Sur de Brasil. Los testimonios que pudo entrevistar hablaban del tiempo de sus abuelos, en referencia a los últimos ejemplares observados en libertad. Así mismo, Cuddy pudo constatar la práctica desaparición del hábitat de esta especie, siendo el Parque Nacional de El Palmar, en las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones del Norte de Argentina el último reducto natural en el que podrían sobrevivir algunos ejemplares. Esta hipótesis venía avalada por la posibilidad de que uno de los ejemplares de hembra de Anodorhynchus leari que estaban en el programa brasileño de cría en cautividad no criara por ser, en realidad, una hembra de Anodorhynchus glaucous. Dada la cercanía genética entre ambas especies y su parecido físico no se trataba de algo descabellado y bien merecía la expedición. A pesar de todo, Pittman concluyó dando por extinguido al Guacamayo glauco, coincidiendo con la opinión del redescubridor del Anodorhynchus leari, el profesor germano-brasileño Helmut Sick. Como aval de esta tesis cabe decir que el Anodorhynchus glaucus no ha podido ser observado vivo desde hace más de 100 años.

“Aunque Paraguay siempre ha figurado como parte de la distribución de Anodorhynchus glaucus, la evidencia es sorprendentemente leve, y se basa, aparentemente, en diez o más pieles y en dos testimonios provenientes del siglo XVIII (existe la remota posibilidad de que las aves que se observaron anidando en Ita-Yvate se hayan encontrado en el lado paraguayo del Paraná). De esta manera, Sánchez Labrador (1767) reportó que el ave era rara en el río Paraguay, en tanto que de Azara (1802-1805) encontró a la especie únicamente en una ubicación localizada tan al norte como son los 27°S, v.g., precisamente dentro del extremo sur de Paraguay (pero mencionó la presencia de la especie en los ríos Paraná y Uruguay, omitiendo referirse al Paraguay: aquí se origina, sin duda, la interrogante, que no favorece a la presencia de la especie en el país expuesta por von Berlepsch, 1887). Adicionalmente, existen especímenes etiquetados como provenientes de Paraguay en MACN (Orfila 1936-1938), aparentemente dos en RMNH (Finsch 1867-1868), dos en BMNH, sin fecha, pero recibidos antes de 1859 y 1883, respectivamente, dos en ANSP (sin fecha pero adquiridos por el museo en 1846 o poco después: M. B. Robbins in litt. 1991), y dos en AMNH, que constituyen ambos especímenes del Zoológico de Londres (1886-1895 y 1898-1912). Se cuenta con una referencia totalmente misteriosa que señala a “Río Pelotas, K1.3 (Alto Paraná)” como una localidad (Podtiaguin 1941-1945); existe un río de este nombre que aparece (en Beyer 1886) como un tributario pequeño de la parte superior del Paraná (aunque no en la provincia de la época moderna de Alto Paraná) inmediatamente al sur de Salto de Guairá, v.g., en la zona más oriental del país. Búsquedas efectuadas en el suroriente de Paraguay en julio/agosto de 1977 fueron infructuosas, los habitantes no conocían a la especie en absoluto, y aún los comerciantes de Asunción, que se daban perfecta cuenta del valor potencial del espécimen, nunca habían podido obtener uno de ellos (Ridgely 1981a)” (Birdlife, 1992)


Como el caso de Numenius borealis sería adecuado que figurase como Localmente Extinta, los supuestos avistamientos en regiones aledañas a nuestro país nos podría dar una leve esperanza de que Anodorhynchus glaucus posea una pequeña población rondando por allí. Aún cuando en nuestro país no ha habido avistamientos ni especímenes de hace más de cien años atrás.

Imágenes extraídas de birdlife.org

Bibliografía

Azara, F. ( 1805): Apuntamientos Para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y Rio de la Plata. Vol. 2. Madrid

Birdilife International. 1992. Aves Amenazadas de las Américas Libro Rojo de BirdLife International/UICN). Cambridge, UK: Birdlife International. Disponible en: http://www.birdlife.org/datazone/userfiles/file/Species/AmRDBPDFs/Anodorhynchus_glaucus_spa.pdf

Chebez, J.C. 1994. Los que se van. Especies argentinas en peligro. Editorial Albatros.

Lücker, H. Patzwahl, S. 2000. The European Endangered Species Programme (EEP) for the Hyacinth macaw from 1989 to 1998: Anodorhynchus hyacinthinus. International Zoo Year book 37 (1): 178-183.

Pittman, T. 1992. The Glaucous Macaw - Does it still exist?. Parrot Society Magazine.

1 comentario:

  1. El ejemplar que se encuentra en el zoológico de Asunción no sabes de donde proviene.

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