Uno se pregunta como aves tan sencillas y poco llamativas para algunos espectadores llegan a ser terriblemente importantes para los ornitólogos y conservacionistas en general, no son grandes y tiernos osos pandas, pero cada especie tiene su historia. Tal vez sea el compromiso de que nosotros mismos seamos los responsables de la desaparición de éstas especies hace que nos veamos en el apuro de que queramos restaurarlas cuando estas ya hace años desaparecieron.
Numenius borealis, también llamado “campesino” o “chululu´i” en Paraguay, es un ave pequeña de pico curvo, castaño claro y barrado, no demasiado llamativa pero sí muy importante para nuestro país y verdaderamente para todo el continente, anidaba en zonas árticas y migraba en invierno a través de toda América para llegar a las zonas de Pastizales al extremo sur del Paraguay. A través del continente su ruta empezaba en la zona de cría que era entre las penínsulas de Bathurst y Lake Point, en los territorios del Noroeste de Canadá y probablemente de Alaska también. Las aves migra(ba)n a través de la bahía de Hudson a Labrador (y de Nueva Inglaterra, EE.UU.), a través del Caribe hasta Argentina (en especial la Pampa), y posiblemente Uruguay y Paraguay, extremo sur de Brasil y sur de Chile a Patagonia. La migración de retorno fue probablemente a lo largo de la costa del Pacífico, a través de América Central, a través del Golfo de México hasta la costa de Texas y hacia el norte a través de las praderas. Es probable que migraran varios centenares de miles, pero disminuyó rápidamente en las décadas de 1870-1890 para llegar a ser muy raro en el siglo XX. El registro irrefutable pasado fue de un espécimen colectado en Barbados en 1963. Desde entonces no ha habido registros confirmados (ninguno de los terrenos de invernada en América del Sur desde 1939), varios informes no confirmados sólo durante 1.981 hasta 2,006. La población (si persiste) debe ser muy pequeña por lo que se encuentra en Peligro Crítico.
Fue cazado en gran cantidad especialmente en el hemisferio norte, donde alguna vez Audubon se sorprendió por su numerosidad. Según crónicas de la época las pilas de animales muertos competían en altura con las del carbón que se utilizaba para alimentar a las primeras locomotoras. Lo real es que hasta en la célebre obra “Aves nuevas del Paraguay” de Arnaldo de Winkelried Bertoni sólo cita el ejemplar en 1901 con el nombre de Az- Nº 397. No he podido encontrar más información que ésta. Si bien por los años sucedidos correspondería figurar ya para nuestra fauna como una especie extinguida, la aparición de ejemplares aislados y en pareja en la década del ’70 en Norteamérica, nos permite alentar alguna esperanza respecto de la especie, que aun podría estar invernando en algún rincón aislado de nuestro país.
Las imágenes fueron extraidas de publicaciones de Guyra Paraguay y Arkive.
Literatura consultada
Bertoni A de W. 1901. Aves Nuevas del Paraguay. Catálogo de las Aves del Paraguay - Annal Cient. Parag. 1: 1- 216.
BirdLife International. 2011. Species factsheet: Numenius borealis. Downloaded from http://www.birdlife.org on 03/07/2011.
Lesterhuis, A & Cartes, P. Uso de las arroceras por Aves Acuáticas en el Sur de Paraguay: Analizando vacíos de Información y necesidades de conservación. Guyra Paraguay. Disponible en: http://lac.wetlands.org/LinkClick.aspx?fileticket=fwg7KQ3Wx6Q%3D&tabid=1300&mid=4761
Roberts, D.L., C.S. Elphick, and J.M. Reed. 2010. Identifying anomalous reports of putatively extinct species and why it matters. Conservation Biology 24: 189-196.
Townsend, Charles W. 1933. Sight Records of the Eskimo Curlew. Auk 50(2): 214.
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